Bajo los efectos del alcohol me mataste casi sin darte cuenta. ''Que yo no quiero darte ni los buenos días, que eres muy fea'' dijiste. Y yo me quedé ahí de pie, sin saber qué decir ni qué hacer.
Los ojos se me empañaron y casi sin quererlo, comencé a llorar.
La verdad duele. Y mucho. Pero soy fuerte. Soy mejor que eso. No te preocupes por mí. No me tendrás que ver nunca más.
No he venido a ser una copia.
Mi magia hecha prosa. A veces puede que lírica. La representación de mi mundo y mi realidad.
lunes, 10 de septiembre de 2012
Los borrachos no mienten.
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